Emergencias Ambientales.
Diplomado en Aeromedicina
Generación VI
Emergencias Ambientales.
Las enfermedades de altura (EA) son causadas
por una disminución de la disponibilidad de oxígeno a altitudes elevadas. El
mal agudo de montaña, que es la forma más leve de las EA, cursa con cefaleas
asociadas con una o más manifestaciones sistémicas, puede ocurrir en excursionistas
y esquiadores en las montañas y otras personas que vienen a grandes alturas. El
edema cerebral de las grandes alturas (ECA) es una forma de encefalopatía
global, mientras que el edema pulmonar de las grandes alturas (EPA) es una
forma de edema de pulmón no cardiogénico que produce disnea intensa e
hipoxemia. El diagnóstico de las enfermedades de las alturas es clínico. El
tratamiento del mal agudo de montaña leve se realiza con analgésicos y
acetazolamida o dexametasona. Los males agudos de montaña graves precisan
llevar al paciente a una menor altitud y la administración de oxígeno
suplementario si está disponible. Tanto el edema cerebral de las grandes
alturas como el edema pulmonar de las grandes alturas son potencialmente
mortales, y requieren descenso inmediato. Además, la dexametasona es útil en el
edema cerebral de las grandes alturas, y la nifedipina o los inhibidores de la
fosfodiesterasa en el edema pulmonar de las grandes alturas. La prevención del
mal agudo de montaña es mediante el descenso gradual y el uso de acetazolamida.
A medida que aumenta la altitud disminuye la
presión atmosférica, mientras que el porcentaje de oxígeno en el aire permanece
constante; por tanto, la presión parcial de oxígeno disminuye con la altitud, y
a 5.800 m (19.000 pies) es aproximadamente la mitad que al nivel del mar.
La mayoría de las personas pueden ascender
hasta los 1.500 a 2.000 m (5.000 a 6.000 pies) en un día sin problemas, pero
aproximadamente el 20% de los que ascienden a 2.500 m (8.000 pies) y el 40% de
los que lo hacen a 3.000 m (10.000 pies) desarrollan mal agudo de montaña. La
velocidad de ascenso, la altitud máxima que se alcanza y la altitud a la que se
duerme influyen en la probabilidad de presentar estos trastornos.
La hipoxemia aguda (p. ej., como la que ocurre
durante el ascenso rápido a alturas elevadas en un avión no presurizado) altera
la función del SNC en unos pocos minutos. Sin embargo, las enfermedades de
altura se debe a las respuestas neurohumoral y hemodinámica del cuerpo a la
hipoxemia y se desarrolla en cuestión de horas a días. Las manifestaciones
primarias involucran el sistema nervioso central y los pulmones
La patogenia del mal agudo de montaña y del
ECA podría ser evolutiva, con el ECA representando el extremo del espectro.
Aunque los detalles no son seguros, el mal agudo de montaña puede asociarse con
mayor sensibilidad a desarrollar edema cerebral leve, posiblemente como
resultado del aumento del flujo sanguíneo cerebral causado por la hipoxia,
mientras que la forma grave del mal agudo de montaña y el edema cerebral de las
grandes alturas implican un aumento de la permeabilidad de la barrera
hematoencefálica y un incremento de la presión intracraneal.
El edema pulmonar de las grandes alturas es
causado por la elevación de la tensión arterial pulmonar inducida por la
hipoxia que produce un edema pulmonar intersticial y alveolar, lo que da lugar
a un deterioro de la oxigenación. La vasoconstricción hipóxica de los vasos
pequeños es desigual y fragmentaria, lo que causa elevación de la presión,
lesión de la pared capilar y filtración capilar en las zonas en las que la
vasoconstricción es menos intensa. Otros factores, tales como la hiperactividad
simpática, también pueden estar implicados.
Los residentes a grandes alturas durante
períodos prolongados pueden presentar edema pulmonar de las grandes alturas
cuando vuelven después de una estancia breve a una altitud baja, un fenómeno
conocido como edema pulmonar por reingreso.
Acondicionamiento.
El acondicionamiento es una serie integrada de
respuestas que gradualmente normalizan la oxigenación tisular en personas
expuestas a grandes altitudes. Sin embargo, a pesar de la aclimatación, todas
las personas tienen hipoxia tisular a altitudes elevadas. La mayoría de las
personas se aclimatan razonablemente bien a alturas de hasta 3.000 m (10.000
pies) dentro de unos pocos días. Cuanto mayor sea la altitud, más se tarda en
conseguir una aclimatación. Sin embargo, nadie puede aclimatarse por completo a
vivir mucho tiempo a > 5.100 m (> 17.000 pies).
Se caracteriza por cefaleas más al
menos 1 de los siguientes síntomas: astenia, alteraciones digestivas (anorexia,
náuseas, vómitos) y mareos persistentes. Los síntomas, que típicamente aparecen
de 6 a 10 horas después del ascenso y desaparecen en 24 a 48 horas. El mal
agudo de montaña es frecuente en las estaciones de esquí, y algunas personas
afectadas la atribuyen por error a una ingesta excesiva de alcohol (resaca) o a
una infección viral.
Edema cerebral de las grandes alturas
El edema cerebral de las grandes alturas
ocurre en forma infrecuente. El edema cerebral marcado se manifiesta mediante
cefaleas y una encefalopatía difusa con confusión, mareo, estupor y coma. La
ataxia de la marcha es un signo de alerta temprano y fiable. Las convulsiones,
los déficits focales (p. ej., parálisis del nervio craneal, hemiplejía), la
fiebre y los signos meníngeos son poco frecuentes y deben impulsar la búsqueda
de otros diagnósticos. Puede haber edema de papila y hemorragia retiniana, pero
no son necesarios para el diagnóstico. Puede producirse coma y muerte en pocas
horas a menos que el ECA se trate en forma urgente.
Edema pulmonar de las grandes alturas
En general, el edema pulmonar de las grandes
alturas se produce de 24 a 96 horas después del ascenso rápido a > 2.500 m
(> 8.000 pies) y es responsable de la mayoría de las muertes por
enfermedades de altura. Puede estar precedido por mal agudo de montaña, pero
también puede desarrollarse de manera aislada en personas que no manifestaron
otra evidencia de enfermedad de altura.
Inicialmente, los pacientes sufren disnea con
el ejercicio, disminución de la tolerancia al esfuerzo y tos seca. Más tarde,
la disnea está presente en reposo. El esputo rosado o hemorrágico y la
dificultad respiratoria son hallazgos más tardíos. En el examen es frecuente
que haya cianosis, taquicardia, taquipnea y febrícula (< 38,5°C). Por lo
general, hay estertores focales o difusos (a veces audibles sin estetoscopio).
El edema pulmonar de las grandes alturas puede empeorar rápidamente; puede
producirse coma y muerte en pocas horas a menos que el ECA se trate en forma
urgente.
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